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viernes, 9 de septiembre de 2016

CONTRATO DIDÁCTICO


Para el webcente el contrato didáctico es una herramienta que facilita las interacciones y relaciones didácticas en los procesos de enseñanza y aprendizaje en ambientes presenciales, semipresenciales y virtuales. 
Existen  varias acepciones del término de las cuales destacan las de Guy Brousseau de quien se infiere que el contrato regulará la relación didáctica implícita y explícita entre 3 sistemas:
El profesor (en nuestro caso el webcente).-   Quien es el mediador del contrato
Es estudiante (para estos efectos el participante integractivo).-Quien asume el protagonismo en el contrato al plantear sus necesidades, intereses, proyectos de aprendizaje, emociones y motivación por aprender.   
Los saberes.- Entendidos como conocimientos validados e institucionalizados. En este caso como las evidencias de la relación contractual que pueden o no existir en función de la mediación del docente y participación del estudiante. 

En esta relación dialógica y dialéctica es sumamente importante el compromiso inicial que adquiere el webcente, así como el ambiente de aprendizaje en el cual se llevará a cabo, sea virtual, presencial o mixto el contrato existe si y solo sí el webcente es el primero en asumirlo como parte de los procesos de enseñanza y aprendizaje. 

En ese sentido, el contrato didáctico es como una "misión posible" que el webcente asume por voluntad inicial de transformar sus propios roles para facilitar oportunidades de aprendizaje en los estudiantes. 

Fuente: Elaboración propia. 

¿Cómo trabajar el contrato didáctico en los espacios virtuales?
Aunque es un concepto importado y ejemplificado principalmente en las matemáticas, su uso es transversal y necesario para atender los procesos de cambio y adaptación de las relaciones didácticas que se dan dentro y fuera del aula. 
Los ambientes virtuales no son la excepción, por lo que el webcente puede aplicarlo al considerar las siguientes fases:

Fase 1. ¿Qué vamos a hacer?.- Esta fase es estratégica ya que se "juega" con las expectativas  e intereses del estudiante  planteamientos del webcente y requerimientos propios de los contenidos. Esta fase es de compromiso- decisiones-acciones,  más que informativa esta fase genera motivaciones iniciales  que pueden formar parte del contrato al señalar de manera general ¿Qué quieren hacer los estudiantes? ¿Qué puedo hacer para facilitarlo?. 
En  términos del webcente para este planteamiento inicial podría contar con Objetos  Digitales de Aprendizaje  para realizar este encuadre tales como: Una infobienvenida al curso a través de videos, infografías o la presentación de un espacio común y virtual de aprendizaje como el Blog o plataforma educativa del curso. 

Fase 2. ¿Qué tenemos para hacerlo?.- Las respuestas a las dos preguntas anteriores no pueden ser ambiguas e imprecisas, más bien son acercamientos que orientan el diagnóstico o la recuperación de los saberes previos para poner en contexto el contrato. 
El webcente puede indagar en ese aspecto tanto las habilidades digitales previas para incorporar los espacios virtuales, así como los conocimientos propios de la disciplina en formación. Ambos son elementos importantes en el contrato.  Solo para aproximarnos, podrían contestarse preguntas  tales como ¿Cuál sería el espacio virtual idóneo para trabajar dentro y/o fuera de clase?, ¿Cuál es el interés y motivación del estudiante para trabajar en ese espacio?, ¿Qué relación tienen las herramientas y espacios virtuales que planteo utilizar con los intereses, estilos de aprendizaje y competencias a desarrollar?

Fase 3. ¿Qué aportas tu y qué aporto yo?.- Es parte del diálogo inicial, recurrente y recursivo del contrato didáctico. En este aspecto hay que atender al cumplimiento de los objetivos o propósitos curriculares pero con una orientación  pertinente al contexto y lo indagado en las fases 1 y 2.  
Aquí entra el rapport, y la devolución (o responsabilidad sobre el propio aprendizaje que el estudiante asume cuando éste le es delegado por el webcente)

En la virtualidad, no es imperante una relación "cara a cara" o sincrona para atender a estas negociaciones, puesto que se precisa como parte de cualquier función tutorial el acercamiento y el establecimiento de compromisos iniciales de trabajo. No obstante esta fase es continua y se verá afectada si el webcente como facilitador o tutor virtual se "desentiende" de la comunicación y realimentación que le corresponde como parte de estos aportes, puesto que estaría dando un mensaje de desinterés en la propia formación que imparte y desdén hacia el aprendizaje del estudiante.  

Fase 4.-¿Cómo se formaliza? .- El currículo es en sí la institucionalización del contrato didáctico, pero por las cuestiones  que aquí se han abordado es importante mencionar que no se precisa la firma del webcente ni del estudiante, sino más bien la generación de actividades de aprendizaje y evidencias que demostrarán que las intenciones didácticas se han alcanzado. El webcente tendrá que "echar mano" de estrategias tecnodidácticas como el storytelling, el aprendizaje invertido o crear algunas que impliquen llegar  al cumplimiento o replantear lo negociado en aras de cumplir las intenciones didácticas del currículo y el aprendizaje del contenido. 

Fase 5. ¿Cómo se implementa?.- De manera continua y recursiva, el webcente y el estudiante al interactuar regulan las relaciones didácticas y por ende abordan de manera explícitan y/o implícita el contrato didáctico, dependiendo de los niveles de complejidad y apropiación del conocimiento cambian el juego, las situaciones, los roles y los ambientes. El webcente los media pero también aprende de todos ellos. En esta fase el webcente ya no solo diseña sino que acompaña a través del coaprendizaje a los estudiantes en su tránsito hacia participantes integractivos. Un ejemplo de ello: La construcción de un Entorno Personal de Aprendizaje (PLE)  a través de una Red Personal de Aprendizaje (PLN). 


Fase 6. ¿Cómo evaluar el contrato? .- La reflexión individual y colaborativa debe prevalecer en todo momento, la expresión del webcente  para motivar esos espacios en la virtualidad es clave, pueden ser espacios síncronos tales como chats o mensajería instantánea en dispositivos móviles o bien  asíncronos como foros, wikis, historias, blogs. Más que el espacio será la estrategia y tipos de evaluación que se planteen para determinar cumplimientos explícitos o implícitos y lo más interesante, replanteamientos al contrato didáctico. 

La autoevaluación puede constatarse  a partir del propio PLE y de los comentarios solicitados o espontáneos de los estudiantes, a medida en que se desenvuelven como participantes integractivos la autoevaluación será inherente a sus propios procesos de construcción de aprendizajes, para ello el webcente tendría que facilitar opciones de expresión que atiendan al desarrollo de sus inteligencias múltiples y no solamente a la apropiación de los contenidos. 

La calificación de las actividades es un indicador más no un determinante. En este aspecto y al ser procesos recursivos, vale la pena realizar la compulsa sobre si el  webcente solo califica o evalúa, diferencia clave entre señalar errores o dar realimentación. 

Finalmente te presento una infografía que puede orientarte en la aplicación de tu contrato didáctico.  Recuerda que es un elemento necesario  para tu rol como webcente y adquiere especial relevancia  si lo consideramos como parte de la ingeniería didáctica.


Fuente: Elaboración propia.
Puedes verlo también en: https://magic.piktochart.com/output/15762659-el-contrato-didactico







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