La educación es un aspecto nodal en el
camino hacia la pacificación y reconciliación nacional. En este camino
humanista y democrático, las voces que se han escuchado desde los foros de paz
que promueve este gobierno en transición redundan en la sensibilización de las
y los ciudadanos de este país. No podemos seguir educando en la indiferencia. Se
requiere entonces educar en las emociones para mejorar las acciones.
Actualmente, se incluyen en el ModeloEducativo Nacional las habilidades socioemocionales y proyecto de vida como uno
de los 11 ámbitos que atraviesan el currículo desde el Preescolar hasta la
Educación Media Superior como habilidades que los estudiantes deben desarrollar
a lo largo de su vida.
Fuente: https://www.aprendizajesclave.sep.gob.mx/prim-intro-Socioemocional.html
Pero ¿Qué tan preparados están las y
los docentes para incidir en el desarrollo de estas habilidades
socioemocionales?
Los docentes somos artífices de cambio, pues somos nosotros quienes
llevamos a la práctica dentro y fuera del aula las reformas educativas, los
modelos educativos, los planes y programas de estudio. Propongo que el Sistema Educativo Nacional centre sus esfuerzos en integrar un Plan y Programa Nacional
de Sensibilización Docente respecto a sus propias competencias emocionales, al ethos de su profesión, así como a las
habilidades socioemocionales, particularmente, las del trabajo colegiado.
En este proceso de sensibilización
debe promoverse además una cultura inclusiva no solamente en los docentes, sino
también en los Rectores, Directivos y generadores de políticas públicas
educativas para transitar hacia una educación inclusiva en todos los niveles
educativos de las instituciones públicas del país. De esta manera, podrá
incidirse en la generación de políticas públicas inclusivas y orientadas a
generar una sinergia positiva en el clima escolar, los ambientes de aprendizaje
y laborales dentro de las instituciones escolares.
En este marco es importante realizar
una valoración del impacto cualitativo que han tenido los Programas Nacionales de Tutoría, Orientación Educativa, el programa Construye-T y otros programas
análogos. El diagnóstico que se realice en los centros escolares, será un
indicador que puede ser considerado como punto de partida para la revisión de
los mismos, en cuanto a su planteamiento, aplicabilidad y utilidad.
Se propone que las
habilidades socioemocionales establecidas en la Educación básica continúen en
la Educación Superior y el Posgrado. Dentro de la autonomía de las
Universidades Públicas y la participación del Estado en otras instituciones de
Educación Superior y Posgrado, no puede soslayarse la relevancia de la
inteligencia emocional, particularmente, en la toma de decisiones, el manejo de
conflictos, el trabajo en equipo y la generación de situaciones de empatía que
contrasten los altos índices de violencia que se viven actualmente en el país. Esto por supuesto, incluye a directivos,
coordinadores de programas educativos y docentes.
Fuente: Señalada en la Infografía
En ambas propuestas, el papel del
arte, el deporte y la cultura deben estar presentes en los contenidos
curriculares. Ello implica que no deben contemplarse como materias aisladas,
sino que pueden converger transversalmente en la consecución de uno o varios
aprendizajes clave.
Los medios y los espacios de formación
en el ámbito de las emociones tienen que ir más allá del salón de clases, se
sugiere se amplíen hacia los programas de escuela para padres y madres de familia, a la par de integrarlos en otros medios de comunicación, tales como
las redes sociales y los programas televisivos.
Finalmente, esta visión ampliada de la
escuela hacia la educación integral humanista no puede completarse solo desde
la mirada pedagógica, se precisa la conformación de un equipo
interdisciplinario que lleve a cabo tanto los programas de sensibilización, la
integración curricular y metodológica para concretarlo en los distintos niveles
y en la diversidad de escenarios educativos.